Con organización es posible.
A partir de fines de noviembre solemos entrar, muchas veces sin darnos cuenta, en una carrera cuya meta es el 1° de enero del próximo año. Como si el 2 de enero todo cambiara. Y mientras vivimos en ese loop de compromisos y agendas repletas de actividades, tanto personales como profesionales, nos estresamos y esto tiene impacto, por supuesto, en el desempeño laboral. ¿Cómo evitar caer en el estrés laboral de fin de año? ¿Qué estrategias podemos llevar adelante? Según explican desde Randstad, compañía global en Servicios de Recursos Humanos, para alcanzar organizaciones más saludables es necesario ayudar a los colaboradores a reducir el estrés y lograr un sano equilibrio entre la carga laboral, las responsabilidades familiares y los momentos de ocio y esparcimiento. A su vez, aseguran que el rol de los mandos medios es clave para leer entre líneas cualquier signo de agotamiento y estar atentos al bienestar y el ánimo de los equipos.
5 ESTRATEGIAS CLAVES
Desde el área de gestión del talento de Randstad comparten 5 estrategias que ayudan a prevenir el estrés laboral típico de fin de año:
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- ANTICIPARSE. Solemos dejar todo para los últimos días del año: saludos, llamados, entregas, celebraciones, festejos, etc. Colmamos los últimos 15 días de diciembre con tareas y esto produce un efecto de “soga al cuello”. Para evitar esta situación, el mejor aliado es la planificación. Es clave descomprimir la carga de las últimas semanas e ir planificando todo con anticipación. Podemos hacer un calendario desde ahora organizando las tareas para llegar al 31 de diciembre sin saturarnos.
- ORGANIZAR LOS DÍAS CRÍTICOS. No es novedad que tanto en el ámbito personal como en el laboral el pico de actividad de diciembre y las fiestas generan días excesivamente cargados. Además, en algunas empresas se necesita de una estructuración especial para las fiestas con armado de turnos, guardias y equipos de refuerzo. En estos casos, es mandatorio llevar adelante un relevamiento temprano y bien pormenorizado de todas las necesidades para poder diagramar estos esquemas y comunicarlos con tiempo. Organizar estos días críticos de antemano es la mejor alternativa para ir más livianos y descomprimir las jornadas.
- REALIZAR BALANCES ENFOCÁNDONOS EN LO POSITIVO. En esta época la carga no es solo física, sino también emocional. Por tal motivo, ayuda mucho orientar el típico balance y recapitulación del año hacia lo positivo y no tanto sobre aquello que falta o quedó pendiente. Además, es un buen plus agradecer las experiencias vividas y resignificar cualquier contratiempo o fracaso atravesado, poniendo el foco en lo aprendido.
- FIJARSE OBJETIVOS RAZONABLES. Es así: llega fin de año y nos ponemos a pensar en los objetivos y metas tanto personales como profesionales. Seguramente mucho de lo que nos propusimos a comienzo del año se haya alcanzado o incluso superado, pero también es cierto que algunas cosas habrán quedado en el camino. Frente a esta realidad es aconsejable visualizar los objetivos para el año entrante de manera pragmática, con metas alcanzables que contemplen también el perfil personal, ya que el desarrollo profesional y la realización personal necesariamente van de la mano.
- PRESERVAR EL EQUILIBRIO ENTRE LO PROFESIONAL Y LO PERSONAL. Gran parte del estrés de fin de año surge por la dificultad para sostener una vida equilibrada. ¿Por qué? Simple y claro: las jornadas laborales se vuelven interminables, los compromisos se multiplican y entran en tensión con nuestras actividades personales y familiares, que también se intensifican en esta época. ¿Cómo evitarlo? Poner límites, aprender a decir que no, respetar el tiempo personal y reservarse un momento del día para el disfrute y la desconexión. Es también muy importante cuidar la alimentación, las horas de sueño y hacer deporte o alguna actividad física para regular los niveles de estrés.
Por último, hay que aprender a controlar el tiempo de desconexión tecnológica. Para evitar el burnout es fundamental poder desconectar de lo laboral y conectar con nuestros gustos y placeres.
Fuente: www.randstad.com.ar